Tio Seba (Historias de Madurez # 1)

No soy fan de los niños pequeños, debo confesarlo. Quizá es por culpa de que mi Madre me crió siendo un niño demasiado pulcro y ordenado, por ende me molesta el caos en cualquier otra persona que no sea yo mismo. Aunque hay notables excepciones, mis sobrinas por ejemplo, ya que son mi sangre y me caen bien.

Mi sobrina favorita (sorry con las otras, pero es la verdad) es la José, antes no podía decir mi nombre,    con mucha suerte me saludaba. Ahora me despierta, me pide que la acompañe cuando me toca cuidarla y me canta. Yo disfruto mucho de sus tonteras, cuando me grita “Tío Sebaaaaaaaaa” porque quiere algo o quiere que vaya a tomar once, o cuando me cuenta cosas, me dice por ejemplo que ella es grande ( ya que yo siempre me refiero a ella como “guagua”) y le pregunto que cuando empezara su doctorado o si me puede ir a sacar un turno en el local porque estoy cansado.

Como todo buen niño en crecimiento, me llena de porqués y a veces me da por contestarle tonteras porque sé que no tiene noción de lo que le digo. Una vez me pregunto porque si era una guagua no se podía quedar como tal, a lo que me acerqué a ella y bajito le dije algo como “porque el tiempo nos alcanza a todos y te alcanzará a ti y tendrás que vivir en este mundo cruel” en un tono lúgubre, a lo que ella se rio y me reí con ella

Se que no vas a leer esto (es obvio, eres una guagua y con cuea sabes comer algo que no te den mis papas, tus abuelos) pero me hace muy feliz tener una sobrina como tu, y se también que cuando decida tener un hijo, se llevarán bien como lo hacemos yo y tu madre, porque me has hecho aprender a tenerle paciencia a comportamiento errático y caótico que implica ser una guagua mañosa pero regalona.

Te quiero mucho mi querida José, guagua infeliz que no me deja dormir, me dice que no llegue tarde cuando salgo a emborracharme con mis amigos o me pide que me coma sus galletas si no quiere más, tal cual como lo haría tu madre.



Sx