Y ella llego amarga
Sin ánimos de nada
Solo tomo un poco de leche fría y se fue a acostar
La pequeña no paraba de llorar
Y yo la miraba a regañadientes
No quiera que llorara más
Pero a veces ese llanto debía salir
Desde el pecho, desgarrando
Desde los ojos, purgando
Desde la vida, gritando
Y arrasando todo
La pequeña no paraba de llorar
En su amargura, llena cada rincón de la habitación
Y yo la miraba paciente
Esperando que ella se olvidara de todo ese dolor
Ese que se iría después de un rato
Nada es para siempre
Aunque al despertar la mañana siguiente
Pesaran los ojos, y no hubiera ganas para ganar
Cada nuevo día es un nuevo comienzo
Cada día que no vamos a dar un paso atrás
La victoria siempre viene con la cabeza en alto
Y mi niña, no estoy dispuesto a dar un paso atrás
Y ella se fue contenta
La derrota a veces da pie para empezar nuevamente la
batalla.