Un Centenar de Soles

Son mil mariposas blancas en el viento
Diez mil gatos revoloteando en el jardín
Y tú, solo tu estas ahí en medio
Tan inmaculada como perfecta
Eres añañuca en el desierto

Justo como el cielo
Que se mescla con tu piel y tu cabello
Eres tierna desgracia en manos equivocadas
Eres tú, la gracia de toda esta creación
Santa malograda, perfil perfecto de villana

Pero no importa lo que digan de ti
Eres un centenar de soles que se asoman por la montaña
Eres paz, eres amor
No eres ni inútil y desgraciada
El tiempo solo te ha jugado una mala pasada
No eres una flor marchita en ese jardín encantado
Eres añañuca en el desierto
Eres paz, eres amor

No habrá sombra capaz de opacar tus bellos ojos caramelo
Que se abren y crean incertidumbre hasta en el más valiente caballero
Eres tú, el pequeño ángel negro que aun me cuida en mis sueños
Eres un centenar de soles
Que alumbran mi camino hasta el desierto
Eres paz, eres amor

Eres añañuca en un desierto que no florece siempre
Pero cuando nace, no existen flores más hermosas que las de aquel desierto
Eres paz en este infierno
Eres amor, en este suelo seco
La lluvia limpiara cualquier rastro de impureza
No estás marchita, solo estas dormida debajo de esta tierra cálida
Que cada mañana despierta bajo un centenar de soles
Que me guían a través del desierto

2 comentarios:

  1. Hum....el desierto florido provoca....Hermosa comparación de una añañuca con esa hembra que provoca cada cierto tiempo.

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