Apetito Por La Destrucción

Un sorbo de vodka mas, y estaría ebrio por el resto de la noche- le mencione a aquella tierna y divertida damisela con la cual había compartido muchas copas en un local de mala muerte, aunque su rostro me fuera ajeno y todo estaba predispuesto para que después de muchos vasos compartidos no la viera mas, algo hizo que ella me dijera: ven, acompáñame a mi casa, estoy demasiado ebria como para irme solo y quiero que te quedes conmigo esta noche.

Una calle pequeña y muy estrecha era el camino a seguir para llegar a su casa, era un camino tortuoso porque ambos íbamos borrachos y sonrientes, cantando canciones de despecho y olvidando las penas que nos juntaron en ese bar de mala muerte. El caminar borracho se vuelve divertido si se lleva la compañía adecuada, una mujer blanca con los ojos color pardo, me miraba coqueta como si en mi rostro pálido y ojeroso encontrara algo. No se porque te acompaño, ni siquiera te debo resultar atractivo, solo fui uno en un millón en ese bar, las mismas penas son unieron, acaso soy especial?- le dije en ese momento, cuando ella por un minuto volvió su estado y me dijo con una voz sensual y tierna: no seas estúpido ni tengas tan poco amor propio y si, fuiste uno en un millón, uno que pudo distraerme lo suficiente para olvidar toda esta maldita mierda y emborracharme al mismo tiempo, eres todo un campeón, tigre. Soltó una estruendosa carcajada y me dijo: ven, vamos a follar amor.

Llegamos a un departamento desordenado, muy de joven que no le interesa ordenar lo que se va a volver a desordenar, mucho café para hacer y un par de decoraciones que no venían al caso por ahora. Lo más importante de todo el departamento se resumía en tres cosas: Chocolate, una cama y una radio. El chocolate era para ponerle un poco de calor a lo que se venia, porque todo ese suave dulzor de tus labios se resumía en la pequeña barra de chocolate que seria usada como un arma de destrucción masiva en un futuro muy cercano, la cama tiene su finalidad obvia y la radio es para acompañar el momento con música de fondo, aunque ambos sabíamos que para todo el ruido que crearíamos, un par de canciones simples no ayudarían, en nuestra ebriedad buscamos algún CD que ayudara a hacer el momento mas placentero. Appetite For Destruction de Guns N’ Roses seria el disco que nos acompañaría en este viaje, tanto preparativo hizo a mi acompañante enojar y con ofuscación me dijo: ven a la cama ya.

Lentamente comencé a usar el chocolate, su cuerpo fue el lienzo perfecto para pintarlo con el, sus hermosos senos fueron lentamente rodeados por el chocolate amargo, mientras mi boca comenzaba a jugar por ahí ella me repetía, no olvides que yo también quiero un poco de eso. Jugaba con sus pezones mientras ella buscaba mi pene con cierta curiosidad, sus caderas afiladas rozaban mis piernas y las juntaban para que las tocara pero mi preocupación se centraba en ese par de senos que habían llamado mi atención desde hace mucho tiempo. Mi boca un tanto entumida por todo el vodka ingerido reacciono ante las caricias y los mimos que tus manos me entregaban, baje lentamente a tu sexo y esparcí chocolate también en el. Lo lamí como si fuera lo ultimo que iba a tocar mi lengua, subía y bajaba lento para que mi tierna compañera disfrutara mi estancia en su sexo, de donde brotaban sus jugos de mujer frenética.
Cada lamido generaba un gemido de placer en ella, mientras yo seguía disfrutando la escena al verla gozar entre mis brazos. Es mi turno dijo ella con una voz seria, mientras ella se posaba entre mi s piernas y jugaba con mi pene, lo lamia y untaba el chocolate en el falo para darle un diferente matiz a su hazaña. Vamos a la cama y dejemos que esto fluya, welcome to the jungle sonaba en el fondo y su cadera se montaba sobre la mía, y mientras ella estaba arriba jugaba con sus senos y los hacia míos, ella bajaba y besaba mi cuello, el ritmo se aceleraba de manera abrupta y cambiábamos de posición. Ahora yo tomaba su cadera y seguiríamos por detrás, Paradise city nos acompañaba ahora de manera lenta, y seguíamos adelante.

Tome las riendas de todo y seguí el camino de la vieja escuela, llegamos al final de todo y los primeros acordes de Sweet Child O’ Mine sonaban, la noche había sido perfecta con la dulce damisela que posaba desnuda a mi lado. La noche había terminado y el efecto del alcohol ya se había acabado, mire el rostro de ella y me pareció tan hermoso como cuando estaba ebria, ella me beso y me dijo: gracias por ser la medicina perfecta tigre, por favor cuando puedas vuelve a ese bar en especial cuando haga frio, puede que nos encontremos y volvamos a compartir nuestros destinos.

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