Un requiem para Sebastián #2

Madrugada en Chile 
Al final de las dunas 
Hay un chico mirando el cielo 
La gente ríe y el solo está ahí 
Velando a alguien que desconoce 

La vida es un lienzo 
Y el suyo está lleno de borrones 
Y cuentas nuevas 
Tiene amores 
Quizá más de los que piensa 
Su corazón pequeño 
Tiene grietas y metralla incrustada
Pero aún aguanta más de lo cree 

Madrugada en La Serena 
La suerte no es para inteligentes 
Por eso se equivocan 
Quien se consideraba sabio 
Aprendió que no debía decirlo 
Sin aprender a anticipar 
Las cosas que saldrían mal 

Medianoche en Providencia 
Un mail 
Una duda genuina 
El comienzo de una lluvia de cuestionamientos 
Maltrato y tozudez
Todos miran y ven 
Todos observan 
Nadie hace nada 

Medio día en buenos aires 
Me falta historia por completar aquí 
Quizá confundo sueños con la realidad 
Una voz me dice que todo va estar bien 
Que todavía me queda suerte 
Que todavía hay espacio para volver 

La suerte es para los imbéciles 
La suerte es para los imbéciles
La suerte
El azar 
Una banda suena a lo lejos 
La gente llora 
Yo solo los miro 
Ya vimos esto antes? 
Por qué hay cenizas flotando por ahí 

Medianoche en Atacama 
Un teléfono en la mano 
Un te amo se escucha al otro lado 
No recuerdo lo que pasó 
Sólo se, que aún no sé bien 
Lo que viene por delante 

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