Tu voz resuena en un
eterno eco
El cielo, amanece lento
entre ese bosque que forman tus brazos…
Siento tu calor en la
mañana
Y la habitación se vuelve
roja
No hay frío
No hay consuelo
No hay sangre
Solo fue un cielo rojo
Un rojo amanecer
Tus aullidos bestiales
Tu sabor y tu piel
Tus manos en mi espalda
Tu pelo enredándose en mi
cuerpo
Tus curvas bajos mis
brazos
Tu calor y tu sexo
Al amanecer del tiempo
De todo
De esos miedos que nos
atan
Y nos vuelven humanos
No busco divinidad
Solo quiero dormir en tus
brazos
Tu voz es un ruido que no
quiero apagar
Ni a este rojo amanecer
Que nos cobija
Así como tus brazos
cobijan mis miedos y mis penas
Tu habitación se apaga
Y la vida reposa entre tus
brazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario