El 530


Ella estaba en una esquina, era muy guapa y estaba muy bien arreglada, llevaba anteojos oscuros y el pelo rubio. Yo iba caminando a tomar un taxi, iba a hacer trámites al centro de mi ciudad, no iba muy arreglado, nada fuera de lo normal. Tienes hora? Me pregunto ella de forma amable, por si acento se notaba que no era de aquí, tiene que haber sido de algún lugar del Caribe o algo así.

De casualidad tomamos el mismo taxi y nos fuimos sentados uno al lado del otro, ella sonreía mucho y yo intentaba disimular que la estaba mirando por encima de mi hombro. Seguimos en el taxi hasta el centro y nos bajamos en el mismo lugar. Espera! – me dijo con su dulce voz, ten mi numero, llama cuando necesites distraerte, ella se alejo sonriendo.

Estuve toda la tarde pensando en ella, después de no haber tenido una buena noche, en la que hubo mucho alcohol y un par de confesiones provocadas por el mismo. No tenia cabeza para otra cosa más que en llamarla, tome el teléfono con miedo y marque, mis manos tiritaban y mi boca se seco de pronto. 

Aló? – replico por el otro lado del teléfono.

Hola, soy el chico al que le diste tu numero en el taxi…

Ah sí! Hola niño lindo, a qué hora vienes? – sonó por el fono y fue ahí donde todo se fue al carajo. 
Temblaba como si estuviera en Siberia y le dije: bueno cuando quieras, yo estoy en mi casa y no estoy haciendo nada. 

Recuerdas donde nos encontramos hoy? En la avenida? Camina hacia los departamentos y pregunta por el 530 en el quinto piso. Te voy a estar esperando, chao niño lindo. – dijo ella con su acento caribeño y colgó. 

No pretendí arreglarme mucho, solo me puse ropa limpia y un poco de perfume y me fui, no estaba lejos de mi casa. Camine lento, creo que me demore como media hora en un trayecto que hago en cinco minutos siempre, llegue donde el conserje y le dije que iba al 530 en el quinto piso y el sonrió. Lo están esperando- dijo él como si supiera lo que me iba a suceder, aunque en el fondo el sabia, no me lo iba a mencionar en ese minuto.

Golpee la puerta y ahí estaba ella, hacia un frio de mierda y ella estaba impecable en unos shorts y una polera sin sostén, me dio un suave beso en la mejilla y me dijo que pasara. Quieres algo para tomar? – me dijo sonriendo. Si tienes vodka, quiero uno con hielo y nada más, ella se sirvió un ron y se sentó junto a mí. Mientras jugaba con mi pelo me decía: qué esperas para tu vida niño lindo?

No lo sé, he estado cuestionándome muchísimas cosas ahora. Quiero irme de esta ciudad para comenzar de nuevo… quiero oportunidades nuevas, conocer a nueva gente, vivir mi juventud, tengo 21 y siento que no he disfrutado nada…

Bueno, pareces que nos parecemos… yo escape a buscar mi destino en esta tierra tan rara. No es como mi Caribe ya ves, pero allá no tenía oportunidades ni opciones, bueno… aquí tampoco pero al menos desde aquí puedo tener todo lo que siempre quise. Aunque se cual es mi destino después de todo…
Cuál es tu destino según tu? – le dije algo sorprendido
Mi destino niño lindo… mi destino es quedarme sola y vieja, ser atractiva sirve un par de años, en esto no me puedo enamorar y tarde o temprano me voy a quedar vieja y sola. Prefiero disfrutar mis años de juventud así y morir pronto a quedarme vieja y sola.

Pero puedes cambiar y salir de aquí… de pronto ella me beso y me dijo: cállate, eres muy dulce para personas como yo, eres especial y te mereces un premio por ser así. Se desvistió y comenzó a desvestirme también. Nunca nadie me había hecho sentir así, tan brutalmente completo, fue el mejor polvo que pude tener y realmente ella se manejaba. Mientras estaba encima mío ella me sonreía y decía, te ves más lindo así, desordenado… y así me quede toda la noche, desordenado.

Por la mañana ella lucia perfecta, me miraba con ternura y decía, espero que no me vuelvas a ver jamás, pero si necesitas salir de tu rutina ven a verme, tú también serás terapia para mí. No te agobies por lo que sientes ahora, solo falta tiempo, no comas ansias niño lindo. En tus ojos hay un brillo especial, no lo pierdas jamás.

Mientras me vestía ella me sirvió un café y me lo tome antes de irme, antes de irme me dio un dulce beso y dijo: en tu celular hay dos números míos ahora, usa uno cuando quieras un vodka, usa el otro cuando quieras venir por un café, me dio un segundo beso y ella cerró la puerta sonriendo. Camine hasta mi casa, hice nuevamente media hora de trayecto, puede que esa chica hubiera tenido razón, quizás solamente estoy siendo ansioso…

Sx.-

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