Señora:
No soy digno de que entres a mi casa
Pero una palabra tuya bastara para sanarme
Me inclino ante tu soberana presencia
Para comer de ti
El dulce que nace donde parte la vida misma
Señora:
Quiero comer y beber de ti
De tus piernas, el fuego
Quiero comer y beber de ti
La misericordia hecha carne
Quiero que perdones esta noche mis pecados
Y me concedas la paz eterna
Amen.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario